Nuestra escuela está fundamentada en diferentes pedagogías activas donde nos podemos encontrar diversas metodologías como Montessori, Pickler, Waldorf y nuestra máxima inspiración Reggio Emilia.

Siguiendo el enfoque educativo de las escuelas italianas de Reggio Emilia, lideradas por el pedagogo Loris Malaguzzi, apostamos por una educación vivencial donde el objetivo es crear una escuela amable, activa, habitable y documentada. Donde se investiga, se experimenta, reflexiona y se construye el conocimiento con la participación de la comunidad (niñxs, educadoras y familia).

Nuestros principios

Creemos firmemente que los niños y niñas tienen 100 lenguajes. Cien formas de expresarse, comunicarse y de pensar. Cada uno es único. Están llenos de potencialidades, con ganas de descubrir y explorar el mundo. Y desde el centro, les acompañamos en todo el proceso.

Es por ello, que podemos decir, que contamos con una escuela viva y activa, donde el juego libre y el asombro son los protagonistas de nuestros días. Aquí el error es parte del aprendizaje y aprendemos haciendo de lo concreto a lo abstracto.

La crianza natural y el acompañamiento emocional, son pilares fundamentales en nuestro proyecto. A través de un proceso de vinculación en el cual la figura de apego del niño o la niña están presentes, creamos una conexión que nos acompañará a lo largo de los cursos y nos permitirán asentar unas bases seguras, de confianza y cariño con los adultos del centro.

La disciplina positiva será clave en el proceso de enseñanza. Nuestro enfoque está basado en el respeto mutuo y la colaboración entre adultos y niños, con la intención de proporcionar a los más pequeños competencias básicas para la vida, fundamentadas en el locus interno de control.

El juego como vínculo de aprendizaje, un proceso sagrado en la infancia. A través de él se relacionan con el mundo, aprenden e interpretan lo que ocurre a su al rededor.

Consideramos a los niños y niñas seres únicos e irrepetibles que, como tales, tiene necesidades e intereses propios y por tanto, merecen ser tratados de manera única e irrepetible.

La exposición a una segunda lengua se da de forma natural y respetuosa, exponiendo el oído de nuestros niños y niñas a diferentes estímulos y potenciando las conexiones neuronales necesarias para adquiridla. Todo a través del juego, el diálogo, los cuentos y canciones.