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VIDA PRÁCTICA MONTESSORI

La vida práctica es uno de los pilares del método Montessori y está considerada la parte más importante, ya que les ayuda desde la primera infancia a ganar el control para desarrollar la independencia, coordinación motora, concentración, orden y disciplina, entre otras. Áreas que serán de vital importancia para asentar las bases necesarias para la adquisición de futuros conocimientos en otras áreas.

En el aula, tratamos de trasladar las tareas del hogar a la práctica real de tareas que nos concierne: limpiar la mesa después de almorzar, recoger y tirar lo que nos sobra, etc. Pero también, proponemos actividades que desarrollen habilidades para valerse por uno mismo mientras alcanzan la independencia. Actividades como bandejas de trasvases, cortar, preparar alimentos y transportar objetos, entre otros, que podrán extrapolar a la vida del hogar.

Trabajamos el huerto, recogemos las verduras, las preparamos en clase y las probamos

«El niño observa las cosas apasionadamente, y es atraído por ellas; pero les atraen más todavía los actos de los adultos; quieren conocerlos y reproducirlos»

María Montessori (El niño, el secreto de la infancia, pág.99)

Dado el afán por imitarnos que tienen nuestros pequeños, es por lo que es tan importante acercarles a la vida práctica, a través de propuestas con materiales reales, que den pie a juegos de imitación en un ambiente adecuado. Adaptadas a su edad e interés, y teniendo en cuenta la etapa de desarrollo en la que se encuentra.

A continuación, os dejo un PDF DESCARGABLE donde podéis ver qué actividades realizar entre los 12 y 22 meses, ya que desde bebés pueden iniciarse con la vida práctica.

Beneficios de la vida práctica

Como os comentaba, el mayor beneficio de esta área es la independencia. Pero con ella también desarrollamos:

  • Coordinación
  • Precisión
  • Autocontrol
  • Autoconcepto
  • Disciplina
  • Concentración
  • Autonomía
  • Orden
  • Tolerancia

Con estas actividades trabajamos también la coordinación óculo-manual, motricidad fina y gruesa, control de movimientos, nociones matemáticas, sentido del orden, que nos servirán más adelante para la adquisición de aprendizajes para la lecto-escritura. A la par, toman conciencia de su persona, dignidad como ser humano, sentimiento de autorealización, satisfacción por ser capaces de hacer las cosas por ellos mismos y respeto por el medio ambiente.

ayudamos limpiando los pimientos (y trabajamos la pinza indirectamente)

¿Cómo lo hacemos?

No se trata de exigirles que recojan sus cosas, que pongan la mesa o hagan la cama. Es cuestión de darles la oportunidad para implicarse en las tareas domésticas y sentirse un miembro activo del hogar.

Propondremos una habilidad a la vez, ya que el método Montessori aísla la dificultad. De este modo, antes de trasvasar líquidos, le habremos propuesto trasvases con sólidos y una vez dominado, pasaremos a los líquidos. Cuando el trasvase con líquidos en bandejas lo tendrán controlado, entonces, les propondremos, por ejemplo, servirse su propio vaso de leche para desayunar.

En Montessori, es muy importante la observación constante de nuestro pequeños y de las necesidades e intereses que le van surgiendo. Así, sabremos cuando estará preparado para una propuesta u otra, dónde van a surgirle obstáculos o comprender la raíz de su frustración ante una actividad que no es capaz de completar.

Es importante no interrumpirle cuando está concentrado en una actividad, permitiéndole todo el tiempo que necesite para realizarla. Recuerda: está aprendiendo. Si durante el aprendizaje sucede algún percance, como la caída de un material o el derrame de líquidos, enseñarle a recoger para remendar el problema. Porque si algo nos sale mal, podemos solucionarlo. Repito: ESTAMOS APRENDIENDO.

preparamos nuestras propias ensaladas

Pincha AQUÍ para descargar el pdf

«Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo «

– Benjamín Franklin –

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